miércoles, 23 de marzo de 2011

La sociedad española

“El poder marca tu libertad y a ésta la marca el dinero”. Seguro que muchos a lo largo de su vida han podido escuchar frases como esta.  Una servidora, tras sus escasas e incrédulas 19 primaveras, contempla como esta afirmación se convierte en verdadera con cada una de sus relaciones en sociedad.  Los medios no hacen más que mostrar conflicto, ¿y qué es conflicto? En última instancia conflicto es desigualdad, es lo que prima y lo que vende. Esto último será el motor mis líneas, la desigualdad en nuestra sociedad. Y si tomamos como eje la frase principal veremos como todo acaba en lo material, algo estupendo para una publicitaria en proceso, pues nos da la oportunidad de ver cómo esas desigualdades sustentadas por lo material afectan al consumo.


En una sociedad democrática  puesto que, en teoría, no hay cabida a la exclusión ya sea racial e ideológica, abandonaremos momentáneamente las legitimaciones que se derivan de éstas. Centrándonos en la legitimación legal, la cual  de una u otra forma conduce en las demás. La política, entendida como la relación de poder, sirve a izquierdas y a derechas, olvidándose que su verdadero amo es el pueblo.  No hay más que ver la herencia de la dictadura; la concentración de la riqueza en unas cuantas familias; la incorporación al euro cuando  se sabía que no estábamos preparados… no señalaré culpables, simplemente diré que para suavizar las desigualdades es necesaria una reciprocidad de las fuerzas políticas. Algo imposible parece ser, ya que el Coeficiente Gini sigue situando a España entre los países con más desigualdad de Europa.
elroto_elpaís 22/06/2007

Pregunté  cómo veía la gente a la sociedad y mayoritariamente contestaron: “mucho viejo y mucho joven haciendo el vago”. Analicemos su situación. Por un lado tenemos a la tercera edad subsistiendo con una media de 400€; por otro, y el que más nos debe importar, los jóvenes. Eso sí no cualquier joven, hablo de ese joven de clase media, sin nombre ni adscripción. En su inmensa mayoría catalogado bajo el término “nini”, una generación que bajo la tentación de tener dinero dejaron sus estudios obligatorios para trabajar  en un edificio que les ha acabado lapidando, el mundo del ladrillo. Toda una generación de parados que en teoría son los que deberían sacar al país, cegados por su incredulidad, los intereses de unos cuantos y cómo no, del consumo. Pues hoy en día todo el mundo piensa que tener es ser. Y es ese afán de tener, el que nos ha conducido a la situación actual, donde una familia de clase media-baja si logra llegar a fin de mes debe dar gracias a Dios. Pero como bien dice el rapero Nach:“vivimos en un reino donde Dios tienes dos nombre: uno es Dólar y otro es Euro

Asten Robe Bosaho -Grupo Oasis-

Quien gana el dinero tiene más poder de decisión en la compra



Uno de los ejes fundamentales para analizar las desigualdades en el consumo, es la posición desigual de hombres y mujeres en la esfera productiva. Una de- terminada posición o mejor aún la no posición (para el caso de muchas mujeres) en el mundo laboral y por tanto la existencia o no de ingresos propios sitúa a las mujeres en lugares desiguales de partida . En otras palabras, en la mayoría de hogares el hombre es el que proporciona la mayor parte de la renta, y por tanto éste disfruta de una posición de poder a la hora de decidir sobre las distintas mercancías que el mercado ofrece. Señalo que en el interior de la familia hay dos poderes, uno referido a la decisión del gasto y el segundo referido a la disposición de recursos. En su estudio, este autor, demuestra que las decisiones importantes son generalmente reservadas a los hombres, mientras que las de tipo secundario son reservadas a la mujer o se realizan conjuntamente.





Lo que sí ha significado respecto del consumo la incorporación de la mujer al mundo laboral ha sido un incremento de la compra de bienes duraderos, que podrían implicar un ahorro de tiempo en el trabajo doméstico-familiar, pero ello ocurre sólo inicialmente . Cuando la mujer lleva cierto tiempo trabajando, la mayor parte de la sustitución de la producción doméstica se realiza en productos ahorradores de tiempo no duraderos como son lavanderías, restaurantes y comida rápida. Por tanto la estrategia seguida por las mujeres que trabajan fuera del hogar no consiste en ahorrar tiempo a través de la utilización de bienes duraderos. Esta podría centrarse en la adquisición de servicios ahorradores de tiempo. En cambio cuando la mujer principalmente no dispone de trabajo fuera del hogar, el consumo de servicios disminuye, ya que se tiende a la autoprestación de los mismos


En todo este caso vemos una desigualdad clara dependiendo del sexo, hoy en día nuestra sociedad lucha contra estos estereotipos equilibrando los sueldos y la posición de la mujer respecto a la sociedad.


¿Pensáis que hoy en día estos problemas se están solucionando? ¿ Son efectivas las medidas que toma el gobierno para acabar con esta desigualdad? Son las principales preguntas que debemos hacerlo para solucionar este problema.




Alejandro Rodríguez Fernández.