“El poder marca tu libertad y a ésta la marca el dinero”. Seguro que muchos a lo largo de su vida han podido escuchar frases como esta. Una servidora, tras sus escasas e incrédulas 19 primaveras, contempla como esta afirmación se convierte en verdadera con cada una de sus relaciones en sociedad. Los medios no hacen más que mostrar conflicto, ¿y qué es conflicto? En última instancia conflicto es desigualdad, es lo que prima y lo que vende. Esto último será el motor mis líneas, la desigualdad en nuestra sociedad. Y si tomamos como eje la frase principal veremos como todo acaba en lo material, algo estupendo para una publicitaria en proceso, pues nos da la oportunidad de ver cómo esas desigualdades sustentadas por lo material afectan al consumo.
En una sociedad democrática puesto que, en teoría, no hay cabida a la exclusión ya sea racial e ideológica, abandonaremos momentáneamente las legitimaciones que se derivan de éstas. Centrándonos en la legitimación legal, la cual de una u otra forma conduce en las demás. La política, entendida como la relación de poder, sirve a izquierdas y a derechas, olvidándose que su verdadero amo es el pueblo. No hay más que ver la herencia de la dictadura; la concentración de la riqueza en unas cuantas familias; la incorporación al euro cuando se sabía que no estábamos preparados… no señalaré culpables, simplemente diré que para suavizar las desigualdades es necesaria una reciprocidad de las fuerzas políticas. Algo imposible parece ser, ya que el Coeficiente Gini sigue situando a España entre los países con más desigualdad de Europa.
En una sociedad democrática puesto que, en teoría, no hay cabida a la exclusión ya sea racial e ideológica, abandonaremos momentáneamente las legitimaciones que se derivan de éstas. Centrándonos en la legitimación legal, la cual de una u otra forma conduce en las demás. La política, entendida como la relación de poder, sirve a izquierdas y a derechas, olvidándose que su verdadero amo es el pueblo. No hay más que ver la herencia de la dictadura; la concentración de la riqueza en unas cuantas familias; la incorporación al euro cuando se sabía que no estábamos preparados… no señalaré culpables, simplemente diré que para suavizar las desigualdades es necesaria una reciprocidad de las fuerzas políticas. Algo imposible parece ser, ya que el Coeficiente Gini sigue situando a España entre los países con más desigualdad de Europa.
elroto_elpaís 22/06/2007 |
Pregunté cómo veía la gente a la sociedad y mayoritariamente contestaron: “mucho viejo y mucho joven haciendo el vago”. Analicemos su situación. Por un lado tenemos a la tercera edad subsistiendo con una media de 400€; por otro, y el que más nos debe importar, los jóvenes. Eso sí no cualquier joven, hablo de ese joven de clase media, sin nombre ni adscripción. En su inmensa mayoría catalogado bajo el término “nini”, una generación que bajo la tentación de tener dinero dejaron sus estudios obligatorios para trabajar en un edificio que les ha acabado lapidando, el mundo del ladrillo. Toda una generación de parados que en teoría son los que deberían sacar al país, cegados por su incredulidad, los intereses de unos cuantos y cómo no, del consumo. Pues hoy en día todo el mundo piensa que tener es ser. Y es ese afán de tener, el que nos ha conducido a la situación actual, donde una familia de clase media-baja si logra llegar a fin de mes debe dar gracias a Dios. Pero como bien dice el rapero Nach:“vivimos en un reino donde Dios tienes dos nombre: uno es Dólar y otro es Euro”
Asten Robe Bosaho -Grupo Oasis-